miércoles, 26 de septiembre de 2007

Fiebre

Un conocido mío ayer tenía fiebre, pobrecito, espero que hoy esté mejor. El caso es que me ha inspirado para hacer un post sobre el tema, que dije que iba a escribir cosas sobre medicina natural y aún no me he lanzado.

Por la noche, me puse a ojear un libro que tengo de Miquel Pros, licenciado en medicina y cirugía en la Universidad de Barcelona y especializado en medicina natural en Alemania. El libro está bien, por si alguien lo quiere conseguir, se llama "Manual de medicina natural" de la editorial Temas de Hoy, colección Vivir Mejor, y bueno, explica las distintas aplicaciones de la naturopatía y algunas medidas a tomar para enfermedades leves, por supuesto, no se trata de un libro para "curarse en casa", pero durante una enfermedad se pueden seguir muchos consejos y saber como funciona nuestro cuerpo para poder superarla. Todo lo que escribiré hoy, lo he extraído de este libro (quizás haga una segunda parte de la fiebre cuando me toque estudiarla, más completita)

Al lío, la fiebre.

Antes de nada, aclarar que la fiebre no es una enfermedad en sí, sino un síntoma de que algo no funciona en nuestro cuerpo y una manera que tiene nuestro organismo para superar una enfermedad, activando diversos mecanismos inmunitarios de defensa. Esto supongo que lo sabemos todos, pero generalmente, cuando aparece fiebre siempre nos alarmamos y tratamos de que ésta se acabe, administrando antipiréticos y anulando así la capacidad natural de nuestro sistema inmunológico para defenderse. No hay que tenerle miedo a un episodio febril corto y normal, pero hay que estar alerta si la temperatura se eleva demasiado (a partir de 40,5º empieza a ser MUY peligrosa, no dejar nunca que se acerque a ese punto), y si dura más de lo normal (lo normal son unas 24 horas).

La fiebre hace aumentar nuestra temperatura corporal, pero presenta manifestaciones muy diversas, dependiendo de la sensibilidad del paciente y de la enfermedad a la que esté asociada. Este aumento de temperatura suele ir acompañado de dolor muscular, dolores de cabeza, sopor, malestar general...

Ante una fiebre debemos aplicar distintos cuidados que nos ayudarán a aliviarla y a controlarla, sin olvidar que hay que tratar la enfermedad causante de esa fiebre. Tengo en la memoria una fiebre muy alta que tuvo mi hermano Dani de pequeño porque estando de campamento, una garrapata se instaló en su cabeza, el médico la vio de milagro, porque mi madre le notó algo en la cabeza y al finalizar la consulta se lo comentó. Ya podrían haber estado controlando la fiebre días y días, que hasta que no dieran con la garrapata no encontrarían la solución.

Bueno, os dejo algunas medidas que ayudarán a nuestro cuerpo a hacer más llevadera la fiebre.

1. Reposo en cama (esto lo sabe todo el mundo). Durante la fiebre nuestro ritmo metabólico aumenta, no es aconsejable realizar actividades física ni mentales que lo sobrecarguen.

2. Dieta líquida. La dieta de un paciente en estado febril debe estar basada en alimentos líquidos, como caldos, zumos o licuados de frutas, infusiones, agua mineral... El sistema digestivo requiere mucha energía, así que lo mejor es reservarla para el proceso curativo. Conforme se vaya mejorando, se van introduciendo de manera progresiva alimentos cada vez más sólidos. Una buena infusión para tomar durante la fiebre llevaría a partes iguales, cola de caballo, flor de sauco y flor de tilo, ya que son plantas medicinales diuréticas y sudoríficas que eliminarían toxinas.

3. Intestino limpio. Al igual que se mantendría llevar una dieta líquida para no forzar el sistema digestivo, se recomiendan lavativas o enemas durante el estado febril para mantener los intestinos limpios, el médico o naturópata que trate la enfermedad causante de la fiebre puede enseñar al paciente a hacerlo en su casa.

4. Hidroterapia. En este caso, compresas mojadas. El agua es un gran conductor del calor y del frío por eso viene muy bien en este caso. En realidad, las compresas frías son un antipirético natural y menos agresivo, que nos ayudarán a tolerar y a controlar mejor el estado febril. En casos de fiebre leve, mojar una compresa en agua fría, escurrir y ponerla en la frente hasta que se caliente antes de repetir la operación. En casos de fiebre un poco más alta, aplicar un paño más grande (mojado y escurrido) sobre el pecho y el tórax, taparlo con otro paño de algodón o lino, y luego abrigar al paciente. Repetir dos o tres veces seguidas hasta que notemos que ya no absorbe más calor.

Y bueno, eso era todo. A cuidarse cuando estéis malitos. Y sobre todo que un médico, ya sea tradicional o un naturópata trate la enfermedad que os ha llevado a la fiebre, que no es lo mismo una fiebre por una gripe, que una fiebre por una infección de vejiga, que una por una garrapata!

martes, 25 de septiembre de 2007

Imaginario emocional colectivo

Llevo unos días buscando información sobre esta imagen y sobre Kevin Carter, su autor. Supongo que muchos la conocéis, lo que no sé es si conocéis la historia que la envuelve, o quizás la leyenda, ya que existen dos versiones de lo que ocurrió, aunque la más desgarradora es la que abunda por la red, puede que por el morbo, quién sabe.

El caso es que esta fotografía, fue la ganadora del premio Pulitzer en 1994. Como veis, se trata de la imagen de una niña moribunda, seguida por un buitre, que espera su muerte. La niña se arrastraba hasta un campamento que estaba a un kilómetro de distancia. La impotencia que desprende la imagen es desoladora, un cuerpecito sin fuerzas, solitario en medio de la nada, de otro mundo (no creo que ninguno de los que estamos leyendo esto podamos entender esa situación y asimilarla como real), y la imagen tranquila, indiferente y silenciosa de un carroñero acechando, totalmente ignorante del papel que le damos.

No sé qué ocurrió con la niña, la historia que más aparece en todos lados es que el motivo del suicidio de Carter, tres o cuatro meses después de ganar el premio, fue debido a una depresión, por limitarse a tomar la foto y no socorrerla, existe una frase que él mismo dijo tras ser premiado " “Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña”. Pero en la Wikipedia, dan otra versión, que estuvo esperando 20 minutos a que el buitre abriera las alas para hacer otra toma y luego ayudó a la pequeña.

En realidad da igual qué historia es la verdadera para lo que me apetece hablar.

Como esta foto, tenemos mil, y de ninguna sabemos el final de los protagonistas. ¿Hasta dónde llega el trabajo de un fotoperiodista? ¿Hasta dónde el de los medios de comunicación? Nos bombardean con imágenes crueles sin ninguna reflexión sobre cómo asimilarlas, de hecho la información que recibimos está filtrada por las empresas que financian esos medios, pagan los sueldos de los reporteros, los presentadores y los fotógrafos, que tendrán su contrato con sus cláusulas para trabajar en dicha empresa. Los temas son elegidos por su sensacionalismo, por su violencia o cercanía, para que la gente se quede de piedra (uff, qué terrible) delante de las pantallas y se trague todo lo que ve. En algunos casos, la gente reacciona durante un tiempo, e incluso por temas bastantes normales, como en el caso de la muerte súbita de ese jugador del Sevilla, que por un claro caso de manipulación mediática (una muerte en directo, un chico joven con familia, FUTBOL...), emocionó a tanta gente y nos tuvo distraídos unos días. De toda la vida se han muerto deportistas y nadie se ha alarmado tanto. El tema ya se ha olvidado. Ocurren miles de injusticias al día que son olvidadas, que directamente ni aparecen en los medios oficiales porque "no interesan", y si aparecen , lo hacen de manera que los espectadores se estremezcan un momento, llevando la atención al dolor o al sufrimiento, no a las verdaderas causas que lo provocan. Y en el imaginario emocional colectivo tenemos muchas instantáneas de "lo mal que va el mundo", como esta foto, y nos sentimos informados y conocedores de la realidad de las cosas; y lo mezclamos con un poco de culpa a ratos, un poco de indiferencia a ratos, y un poco de rabia, a ratos. Pero solo un poco, eh? sin pasarse ni deprimirse. Ojo, no pretendo hacer una crítica a la pasividad del personal (que con gusto la haría, que bien me conozco, y me incluiría a mí misma dentro de ese personal), la cosa va más dirigida a los que nos informan, o mejor dicho, a los que nos desinforman descaradamente a diario. Y supongo que ahí está la clave, en la desinformación de los temas que afectan la vida y el bienestar de otros individuos, incluso la desinformación y manipulación de temas que nos afectan a nosotros mismos (sí, tengo en la mente el mito de la leche de vacas -felices- que nos hace crecer hasta el infinito y nos mantiene sanos, por decir alguno). Da mucho asco, ¿no sentís lo mismo?

Y es una auténtica pena que no tengamos más herramientas para enfrentarnos a imágenes como la de Kevin Carter más allá de nuestras emociones (que son pasajeras y cambiantes), porque dos segundos después nos pondrán un anuncio publicitario de un Ipod nuevo que nos va a emocionar igual, o de unos pañales, de un coche o una bebida. Yo personalmente intento trabajar mi "sistema emocional" porque me juega muy malas pasadas, quizás ahora me paro a pensar antes de indignarme, alegrarme o estremecerme ante una noticia o un anuncio con las ofertas de Carrefour, pero... de verdad que cuando me dejo llevar soy "una flipada", que os cuenten los que me conocen.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Día sin coche por el decrecimiento

Son las fiestas de La Mercè en Barcelona. Hay muchísimas actividades por toda la ciudad, conciertos, teatros, desfiles, exposiciones y museos gratuitos... de todo y para todos los gustos.

En mi barrio, se celebraron ayer diversas actividades con motivo del día sin coche, organizadas por Entesa pel decreixement, una agrupación de personas que provienen de distintos movimientos sociales, para intercambiar sus experiencias y conocimientos en diversos campos y plantear juntos un debate social que cuestione el rumbo que llevamos con nuestro progreso, industrialización y nuestras políticas económicas, que dominan y destruyen todo lo que tenga vida en nuestro planeta para conseguir beneficios, con el desarrollo y la tecnología como bandera, y prometiendo a los adormilados ciudadanos un sinfín de nuevas comodidades y prosperidad.

El trabajo de este grupo, podéis seguirlo en su web, donde explican por qué ya es hora de que la sociedad exija un decrecimiento en nuestro estilo de vida y la urgencia que merece este cambio. ¿Pero que es el decrecimiento? En realidad yo no sé explicarlo aún sin perderme, pero he encontrado en su página un parrafito de una periodista argentina, Alicia Dujovne, que resume lo que más o menos, sería la práctica: "Lo que en concreto se promueve con este abandono de la fe en el progreso infinito –absurda, en un planeta finito como el nuestro–, no es regresar a la Edad Media, sino a la producción material de los años 60-70; evitar los viajes kilométricos de las mercancías; relocalizar las actividades; reducir el despilfarro energético; penalizar el gasto publicitario; volver a una agricultura próxima al habitante y a una vida frugal. En otros términos, reducir la acumulación, escuchando el consejo del oráculo de Delfos, más válido que nunca: “De nada demasiado”.

La verdad es que fue un día interesante, estuvimos mi amigo M y yo prácticamente todo el día allí. Asistímos a dos charlas, una sobre los agrocombustibles o biocombustibles (un tema bastante desconocido para mí, que hasta ayer pensaba que si se llamaban BIOcombustibles, era algo ecológico y bueno para el planeta), y otra sobre la sociedad del crecimiento y el decrecimiento.


La comida fue gracias a "La olla móvil", un grupo de voluntarios que cada sábado recicla comida de los supermercados, la prepara y se la ofrece a todo aquel que quiera un plato caliente gratis. Hasta donde yo sé, preparan comida vegetariana, ayer el menú era vegano (arroz con verduras y ensalada), pero no los conozco tanto para asegurar que siempre sea así aunque alguien me dijo que sí. Algo que me encantó de ellos: nada de vasos, platos y cubiertos de usar y tirar, al terminar de comer, cada uno lavaba lo suyo en unas cubetas y lo devolvía.

Finalizamos el día en Paseo de Gracia con Diagonal, donde la marcha de las bicis terminaba y cortaron el tráfico. Por lo visto, fueron unas 300 bicis las que hicieron el recorrido, y aunque el ayuntamiento no aprobó los permisos solicitados por la organización, todo se llevó a cabo. Como son las fiestas de Barcelona, los mossos estuvieron muy tranquilitos, ni nos echaron durante la jornada en Lluis Companys ni pasó nada cuando se cortó el tráfico, se limitaron a desviar a los coches.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Los arándanos

Voy por mi segunda botella de zumo de arándano rojo. La cistitis ya ha desaparecido, o al menos sus síntomas. También estoy tomando como parte del tratamiento, flora bacteriana, para fortalecer mis bacterias que estaban un poco despistadas, de ahí que cogiera cistitis... Lo que peor llevo es lo de beber abundante agua (¿a quién le gusta beber sin sed?).

Mi episodio de cistitis y mi nueva forma de afrontarlo (sin antibióticos), me ha servido de inspiración para abrir un nuevo blog. Echo de menos a mi revolución vegana, que en paz descanse, pero necesito algo nuevo, más entonado con mis vivencias, preocupaciones y ocupaciones actuales. Estoy segura de que este blog no va a tener la misma acogida que el anterior, "tan comprometido" con los animales y tan emocional (qué tiempos, se me cae la lagrimilla), pero bueno, la cosa es ir escribiendo mis descubrimientos, mis recetas... mis historias vaya, lo de siempre, quizás más general y seguramente impregnado de todo lo que estoy aprendiendo y aprenderé sobre medicina natural (o también llamada con el horrible término de naturopatía... tachaaaaaaaán, jajajaja!).

Esa es la gran noticia, que empiezo a estudiar naturopatía, un terreno bastante nuevo para mí, pero con el que estoy muy entusiasmada.

Siempre que los veganos nos ponemos enfermos tenemos en mente las pruebas a las que son sometidos los animales para la investigación, la experimentación con ratones, cobayas, monos, perros... Y estamos un poco atrapados, porque de entrada no se suelen considerar otras alternativas, menos agresivas tanto para los animales como para nosotros. Estamos enfermos y la medicina tradicional nos ofrece soluciones rápidas, y desde pequeños nos cogemos a ellas con fuerza. El estudiar medicina natural me resulta muy interesante, no sólo por la cantidad de cosas nuevas que aprenderé, sino además como una manera de buscar otras alternativas que no afecten tanto a terceros. Con esto no quiero decir que con la naturopatía se salven todos los animales, ya que muchos remedios están incluso compuestos por tejidos y sustancias animales, como el cartílago de tiburón, o el aceite de salmón... Pero en general todo apunta más a sustancias de origen vegetal e incluso tratamientos sin medicación, basados en la corrección de hábitos u otros sistemas... Y por supuesto, no olvidemos el daño que los laboratorios y la industria farmacéutica provocan sobre otras personas, el negocio de la salud, las patentes de medicamentos... en fin, no quiero alargarme, el caso es que por varias cosas estoy en el momento de ponerme a estudiar medicina natural y en el blog iré poniendo aquello que me resulte útil para quien lo lea, sin pasar consulta ni recetar, solamente como información y como documento de mi trayectoria (uy,mi trayectoria....).

Bueno, pues nada más de momento. Ya nos veremos por aquí.